"¡Layla, tu papá no sabrá si fuiste a su parque de diversiones! No se lo diré", explicó Chad. "Vamos a verlo este fin de semana y, si no es divertido, nos iremos inmediatamente, ¿de acuerdo?".

Layla se debatió durante unos segundos antes de asentir con una sonrisa.

"Recuerda, querida, que cuando estés en la videollamada con tu madre más tarde, no le cuentes este secreto, ¿está bien? Si no, no te dejará ir", le recordó Chad. "¡Ese parque de atracciones está lleno de diversión! Una vez llevé a mi sobrina allí. Se divirtió mucho".

A estas alturas, el corazón de Layla había viajado hacia el castillo del cartel. A pesar de lo que había dicho Chad, ella asintió.

…

En un abrir y cerrar de ojos, llegó el fin de semana.

Una multitud de personas se apretujaba en la entrada de la Ciudad de los Sueños.

Cuando Chad había llevado a su sobrina un tiempo atrás, el clima no había sido tan favorable y tampoco había tantos turistas. Había juzgado mal la situación.

"Menos mal que Hayden no se ha