"¿Por qué no has traído un guardaespaldas? ¿No sabes que eres una figura pública?". Avery frunció las cejas. Estaba repentinamente enfadada. "¿Creías que no habría peligro en Bridgedale? ¡La seguridad de Bridgedale es mucho peor que la de Aryadelle!".

Elliot miró la mirada exaltada de la mujer y las palabras se le atoraron en la garganta.

"Avery, no te enfades. Vine aquí por una decisión de última hora", explicó Elliot. "En ese momento, no había un boleto extra en el vuelo, así que no traje al guardaespaldas conmigo".

"¿No pudiste tomar el siguiente vuelo con tu guardaespaldas?". Aunque Avery se quejaba, se había calmado. "Te quedas en mi casa esta noche".

"De acuerdo".

"¿Lo has hecho a propósito?". Cuanto más pensaba ella, más sospechaba. "¿De verdad no has traído a tu guardaespaldas?".

"¿Y la confianza de la que acabamos de hablar?", dijo Elliot directamente. "Si quisiera quedarme en tu casa, tengo mil maneras de hacerlo. Lo único que no haré es mentirte y ganarme tu compasión