Shelly no esperaba que Fergus lo aceptara tan fácilmente. Estaba sorprendida, pero no por ello iba a decidir inmediatamente estar con él.

Aunque eran de la misma ciudad, era la segunda vez que se veían, así que apresurarse a salir le parecía demasiado precipitado.

"Fergus, gracias por decir eso. Solo acabamos de conocernos y todavía no nos conocemos muy bien", dijo Shelly. "Además, ¡no me pareces tan mayor!".

"Este año cumplo veintisiete, ¿no te das cuenta?". Fergus podía intuir que Shelly era una mujer precavida. No sabía qué había pasado con su hijo, pero le parecía que podía ser una compañera para toda la vida.

"La verdad es que no se nota. Creí que tenías, como mucho, ¡veinticinco años!", exclamó Shelly. "Y veintisiete años sigue siendo todavía muy joven en una gran ciudad".

"¡Sí! De hecho, no tengo prisa por casarme, es más que nada por mis padres, mis abuelos y mis bisabuelos. Ya sabes cómo son las cosas en nuestro pueblo; mucha gente se casa a los veinte años, y la gente de