Las lágrimas rodaron instantáneamente por la mejilla de Layla y pasó un rato antes de que pudiera emitir sonido alguno.

"No llores, cariño. Eric no está muerto. Por ahora está vivo". Avery agarró inmediatamente la mano de Layla. "Sé que estás consternada, pero ya todo ha terminado. Está en el pasado".

Layla se aferró a la mano de su madre, incapaz de contener las lágrimas.

Elliot se acercó y le secó las lágrimas. "No llores, Layla. Estamos haciendo todo lo posible para salvar a Eric. Tú no tienes la culpa de esto, así que no te sientas mal". A pesar de su esfuerzo, las lágrimas de Layla seguían cayendo.

"Fui yo... Quien lo metió en esto...". Layla apartó la mano de Elliot. "Si tan solo no lo hubiera llamado para que viniera, él no estaría en esto... Mamá, papá, yo lo maté...".

Elliot y Avery se quedaron de pie al lado de la cama, sin saber qué decir al ver lo desconsolada que estaba su hija, porque sabían que nada de lo que dijeran podría convencer a Layla de que lo que le había