Habían pasado años, pero Elliot y Avery nunca habían sido capaces de renunciar a Ivy.

Habían buscado a Ivy durante años, pero no habían podido encontrarla. Aunque Wesley quería ayudarlos, su capacidad para hacerlo era limitada.

Ver a Irene le había dado esperanzas de que ella pudiera ser Ivy.

Era posible que dos personas sin parentesco se parecieran, pero las probabilidades eran más bien escasas.

…

Mientras tanto, Rosa le mostró a Irene todo lo que poseía, incluidos los accesorios, las joyas y los artículos de primera necesidad que recibía como regalos de sus padres u otros parientes. Como la colmaban de regalos, nunca tenía que comprarse nada.

"Sé que no tengo ningún parentesco de sangre con mis padres y estaba muy asustada cuando llegué aquí. Pensé que me abandonarían", dijo Rosa, sentada en su cama. "Estoy segura de que entiendes ese sentimiento. No me atrevía a cometer errores ni a actuar voluntariamente. Por suerte, todos han sido muy amables conmigo a lo largo de los años.