"Ve y pregunta por ahí. Pregúntale a tus compañeros, a los que tienen metas. Estoy segura de que ya hicieron exámenes para obtener diversos certificados, preparándose para sus futuros estudios o para empezar a trabajar. Tú eres el único sin ideas y que no quiere superarse".

Tras escuchar eso, Robert salió del juego.

"Layla, en el futuro no volveré a jugar en casa".

"No te prohíbo que juegues. Es solo que siempre estás jugando después de cenar todos los días. ¿No tienes nada mejor que hacer?".

"Iré a estudiar", dijo Robert tímidamente y estaba a punto de volver a su habitación cuando Layla lo detuvo.

"Espera. Comí demasiado. ¿Por qué no me acompañas a dar un paseo?". Layla se dirigió a la puerta y se puso el abrigo.

Los ojos de Robert se iluminaron de inmediato y la siguió.

Su dinámica no había cambiado mucho desde su infancia. Pasara lo que pasara, Layla solo necesitaba tratar un poco mejor a Robert para que este se le pegara inmediatamente y la siguiera.

Cuando se fueron, Aver