[...].

[Siento que ya puedo jubilarme].

[¡¿Cómo es que tu hijo tiene tanto talento, por el amor de Dios?! Mi hijo tiene casi diez años y todo lo que hace es perseguir niñas].

[Felicitaciones, entonces. Puede que tengas un nieto dentro de unos diez años].

[¿Tendré suficiente tiempo para tener una hija que pueda casarse con tu hijo?].

[Por supuesto. Mi hijo menor acaba de cumplir cuatro años este año].

[¡Pero quiero que tu hijo mayor sea mi yerno! ¡Realmente lo admiro!].

[¿Y cómo sabes que mi hijo menor no será más exitoso?].

El amigo de Elliot abrió los ojos emocionado y escribió: [¡Voy a tener una hija ahora mismo!].

[Buena suerte].

[Si yo fuera tú, me jubilaría, Elliot. Tu hijo es tan capaz que puedes simplemente entregarle tu compañía a él].

[Él no la quiere].

[¿Así que se la darás a tu hija y a tu hijo menor?].

[Mi hija probablemente tampoco la quiere. Ella quiere ser una estrella].

[¡Oh! Eso te deja con tu hijo menor, entonces].

[Él va a ser tan exitoso como sus herm