Después de decidirse, llamó a su madre.

"Natalie, ¿estás bien? No has contestado a ninguna de las llamadas en los últimos dos días, ¡y estoy a punto de perder la cabeza!", dijo ansiosa la Señora Jennings. "No puedo localizarte, así que solo pude llamar a Dean. Solo después de que me dijera que estás bien pude por fin dormir un poco".

"¡Es que estoy de muy mal humor, mamá! Espero que lo entiendas". Natalie cogió el vaso que tenía delante y bebió un sorbo de licor. "¿Has llamado a mi tía?".

"Sí. Le he contado lo que te ha pasado. Intentó llamar a Leah, pero Leah no le ha contestado". La Señora Jennings suspiró. "Realmente pudo ser Leah quien le habló a Avery de ti. ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo contarle a alguien de afuera algo tan importante? ¡¿No sabe que esto podría hacer que te maten?!".

"¿Por qué sigues hablando como si estuvieras de su lado, mamá? ¡¿Va a hacer que me maten y tú sigues de su lado?! No es una niña. ¡Es una adulta de veinte años! Sabía lo que estaba haciendo y sabía el p