No tenía sentido andar con pies de plomo para mantener un matrimonio con un hombre de corazón frío.

"¿Estás de acuerdo?". Elliot no esperaba que Avery cediera tan rápidamente.

Ella se preocupaba mucho por Layla, así que a él le resultó impactante que estuviera dispuesta a renunciar a la custodia de su querida hija para divorciarse de él.

"¿Vas a dejar que Layla venga conmigo si no estoy de acuerdo?". Avery lo encontró divertidísimo. "No hace falta que me lo digas. Sé que no va a pasar. No es que las cosas vayan a cambiar si no estoy de acuerdo".

Él sintió como si miles de flechas le hubieran atravesado el corazón al escuchar el sarcasmo de la mujer.

Se preguntó si ella se sentía tan miserable al estar en una relación con él, porque la forma en que actuaba le dio la impresión de que había hecho algo atroz como un asesinato o un incendio provocado.

"No entiendo esto, Avery". Elliot tomó el bolígrafo tras decir eso, pero no se apresuró a firmar.

Su mirada de águila se clavaba en la