Tras la muerte de Jed, Avery había estado en contacto con su familia a través del teléfono y de mensajes de texto.

Los dos padres de Jed eran muy educados y comprensivos por naturaleza. Aunque la muerte de Jed les había afectado mucho, no habían culpado a Avery en absoluto, y esto hizo que Avery se sintiera más culpable.

Elliot y Avery llegaron a la casa de los Hutchinson. Las lágrimas se acumularon al instante en los ojos de Avery cuando vio las canas que rodeaban las sienes de la señora Hutchinson.

"Tía, he querido venir a visitarte, pero mi esposo había estado gravemente herido, así que tuve que posponer mi visita".

La señora Hutchinson les sirvió dos vasos de agua con expresión seria. "Te dije que no vinieras. Es demasiada molestia para ti. No es la muerte de Jed lo que más nos duele, sino el hecho de que Jennifer haya muerto en un país extranjero tratando de vengarlo...".

La señora Hutchinson no pudo evitar sollozar, y Avery agarró inmediatamente unos pañuelos de papel para a