"Vamos a tomarnos nuestro tiempo. Todavía no es Año Nuevo".

"Claro. ¿Vas a ir a la cena de Año Nuevo de la empresa?", preguntó Avery. "Mi vicepresidente me dijo que a los empleados les gustará verte durante la cena, ya que eres uno de nuestros mayores accionistas".

"Iré si quieres que vaya. De lo contrario, me quedaré en casa". A Elliot no le gustaban las aglomeraciones y no le interesaban especialmente las cenas de Año Nuevo ni de su empresa ni de la de Avery.

"¡Eso es más o menos como decir que no quieres ir! Entonces haré que los niños vengan conmigo".

Elliot cambió de inmediato su respuesta al ver la reacción de la mujer: "¡Llévame a mí también si te llevas a los niños a cenar!".

"Claro, ¡ya veremos cómo va dentro de unos días! ¡Ni siquiera se lo he mencionado a los niños!". Avery se frotó el estómago y dijo: "Sigo prefiriendo el verano. ¡El cielo no se oscurece tan temprano durante el verano! No solo hace frío durante el invierno, sino que los días parecen mucho más cortos y