"Ni siquiera recuerdo a la madre de tus hermanos. ¿Cómo podría recordar a la tuya? Deja tus delirios. Cuando yo era joven, solo jugaba con las putas más baratas. Si vas a reconocer a alguien como tu madre, nada bueno saldrá de ello. Al contrario, ¡tu madre sería una carga para ti!".

A Lilith se le partió el corazón al escuchar lo que decía Nathan.

"¡Todos los demás tienen derecho a odiarme, excepto Peter y tú! Si no fuera por mí, ¿crees que ustedes dos podrían haber sobrevivido hasta ahora?". Hasta ese momento, Nathan seguía pensando que no había hecho nada malo con sus dos hijos.

"Se acabó el tiempo de visita", dijeron los guardias y se llevaron a Nathan.

Lilith miró la espalda ligeramente encorvada de Nathan. Sus ojos se humedecieron involuntariamente. Ya no era el hombre orgulloso, arrogante e intimidante de su juventud. Estaba viejo.

Él no era un padre competente. Nunca la había amado como lo haría un padre normal. Sin embargo, no podía negar que él la había criado.

Cuando di