Isabella despertó mirando la luz blanca del hospital, el olor a desinfectante y los pitidos del equipo médicos, tenía su mano conectada a una vía intravenosa y una máscara de oxígeno intentó recostarse, pero sintió una punzada de dolor en el abdomen al mirar la zona vio la herida, una imagen llegó a su mente en ese momento vio Sandy con una navaja en el cuello Isabella comenzó a hiperventilar sentía que se estaba sofocando con el recuerdo de lo sucedido “¿Qué he hecho?” se decía así misma aterrada había matado una persona, todo estaba mal iría a la cárcel, sus manos temblaban y respiraba con dificultad, matar era pecado imperdonable “solo Dios daba la vida y solo él podía quitarla" aunque Sandy fuera una bazofia ella no tenía derecho a matarla. Las puertas del hospital se abrieron y por ella entró la directora con su expresión severa de siempre

-¿cómo te sientes?

Isabella no respondió, su rostro se veía consternado y su mirada estaba perdida

-supongo que mejor, estuviste tres días en c