Macario, al ver la difícil situación, se dispuso a encargarse de los individuos problematicos.Simón dijo: —Vámonos, todavía tenemos cosas que hacer.Entonces Macario desistió de esto y siguió a Simón hacia el ascensor.En ese momento, el hombre se rio y dijo: —¿Qué es esto? Lárguense rápido.Mientras tanto, Simón ya había entrado al ascensor y junto con Macario llegaron a la habitación reservada.¿Qué se puede decir? La habitación aquí, según Simón por lo que había visto hasta ahora, era un lujo inigualable en comparación con cualquier suite presidencial.Con su cúpula estrellada, baño de aguas termales, muebles de primera calidad y toda clase de dispositivos de alta tecnología, era sumamente lujosa.Simón echó un ligero vistazo y no pudo evitar admirarla en completo silencio.Pero pronto se sentó en el sofá y le dijo a Macario: —Dilo directamente, el motivo por el cual no te he asesinado es porque aún puedes ser útil.Macario afirmó repetidamente.—Nosotros, los de aquí, hablamos con
De todos modos, aquí hay una gran variedad de formas de apostar que no te puedes imaginar.Simón se paseaba de un lado a otro, pensando en canjear algunas fichas y jugar un poco para probar. En ese momento, una voz dijo: —Señor, ¿está solo?Se volteó y vio a una chica de unos veinte años, alta, con un maquillaje muy delicado, de aspecto hermoso, vestida con un conjunto corto, que lo miraba con una coqueta sonrisa.Simón sonrió levemente y dijo: —Sí.—Soy Pilar, la recepcionista aquí. Si necesitas algo, puedo ayudarte, — dijo la chica, con una sonrisa que parecía ser sincera.Simón curioso le preguntó: —¿Qué tipo de ayuda ofrecen aquí?—Podemos resolver cualquier problema que tengas, solo necesitas jugar de una manera relajada, — dijo Pilar con una sonrisa.Simón afirmó y dijo: —Perfecto, estaba a punto de cambiar algunas fichas, ¿puedes acompañarme?—Por supuesto, ¿cómo debo llamarte?—Simón.—Sígueme, por favor.Pilar lideró el camino con una amplia sonrisa en su rostro, moviéndose de
Simón sonrió feliz. —¿Es este acaso el turno de mi suerte?Pilar se quedó perpleja por un momento y luego apresurada le dijo: —Se ha ganado un gran premio, tiene varios miles.—Oh, parece que la suerte me acompaña, — bromeó Simón.Mientras Pilar ayudaba diligentemente a Simón a recoger las fichas del juego, dijo: —Señor, con tan buena racha, no debería desperdiciarla aquí. Debería probar suerte mejor en otro lado.—Ustedes reciben una comisión por acompañar a los jugadores, ¿verdad? — Sonrió muy amable Simón.Pilar también sonrió y dijo: —Así es, señor. Ya sea canjeando fichas o convirtiéndolas en efectivo en el futuro, recibimos una correspondiente comisión. De hecho, es nuestra principal fuente de ingresos, ya que no tenemos un salario fijo.Pilar no ocultó nada en lo absoluto y Simón lo entendió perfectamente.Después de todo, ¿por qué alguien estaría allí para acompañarte si no fuera por eso?Simón tenía una idea muy general de algunas cosas en la ciudad del juego.Ganar dinero era
Tener un diecinueve era como ganar cinco millones en la lotería.Ya estaba todo perdido.Como era de esperar, después de que todos pidieran cartas en orden, directamente las tiraron maldiciendo.Pero en ese momento, Simón giró las cartas lentamente: diecinueve.—¡Oh! ¡Carajo…!Un hombre al lado de Simón no pudo contener su exclamación de asombro.Los otros jugadores también estaban atónitos.Este tipo en realidad tenía una suerte increíble.Detrás de Simón, Pilar estaba tan sorprendida que no podía cerrar la boca.¿Qué tipo de suerte divina era esta, para obtener tal puntuación?El banquero ganó contra otras cuatro casas y pagó de inmediato a Simón.Las fichas delante de Simón se acumularon de inmediato.En ese momento, el banquero pulsó la máquina para barajar y, después de un sonido estruendoso, comenzó al instante otra ronda.En ese momento, un hombre junto a Simón se levantó y se apartó con rabia.Ahora solo quedaban cuatro jugadores.La gente apostaba, Simón pensó por un momento y
Todos los ojos estaban puestos en las cartas del banquero.El banquero ya tenía quince puntos y pidió otra carta, claramente quería arriesgarse.Después de todo, las apuestas frente a Simón ya eran considerablemente altas.Las apuestas de los otros tres jugadores eran en verdad insignificantes en comparación, apenas unas decenas de miles, prácticamente despreciables.En este momento, el banquero también pidió otra carta por la fuerza, después de todo, no pedir carta significaría perder. El banquero tenía que intentar conseguir veintiún puntos.El tallador, al igual que el banquero, repartieron las cartas.Tres puntos.El banquero ya tenía dieciocho puntos, superando a los otros tres jugadores, pero aún perdiendo contra Simón.—El banquero pide una carta, — gritó rápidamente el jugador antes de repartirse las cartas.En ese momento, los nervios de todos estaban en tensión total.Si el banquero lograba veintiún puntos, sería el tipo de persona que confía en la suerte como una excepcional
En ese momento, las cartas de Simón solo servían para una sola cosa.Porque le habían dado la mano que sumaba doce puntos, pero al pedir otra carta para llegar a diez, se había pasado.Entonces, ahora las cartas de Simón tenían un total de once y trece.Comment by DIEGO.PINZON9@correo.uis.edu.co: Las matematicas estan bien?Comment by office: Sí estoy seguro, son correctosEsta cantidad de puntos no era la adecuada.No es ni mucho ni muy poco.Pero el banquero siempre tiene la mayor parte, y con esta cantidad de puntos, las posibilidades de perder son enormes.Además, después de dividir las cartas, excepto por dos cartas de fondo, el jugador solo podía pedir una vez más.Es decir, Simón solo podía tener un máximo de tres cartas en una mano.Y en ese momento ya había alcanzado ese límite, no podía pedir más cartas.Es decir, su total de puntos ahora estaba destinado a ser así.Ahora es el turno del banquero.El banquero mostró las cartas de fondo, sumando un total de diez puntos.Defin
Él no entendía realmente por qué estos tipos lo miraban de esa manera tan desagradable.En ese momento, otro hombre dijo: —No soporto a gente como tú, que llega aquí con un poco de dinero y se hace el importante y, luego se va presumiendo. —¿Y a mí qué me importa si soy del campo? — respondió con desprecio Simón.—Oye, campesino, me da asco solo de verte, ¿me vas a morder? — se burló el hombre.La expresión de Simón se volvió sombría, en ese momento Pilar intervino rápidamente: —Señor, mejor vámonos, las fichas están muy pesadas, casi no puedo llevarlas.Simón refunfuñó y se dio la vuelta para irse, Pilar lo siguió rápidamente.—¡Jaja…! un campesino es solo un puto campesino, eso es todo lo que tienen, ven, vamos a sentarnos y jugar, — dijo el hombre, invitando a sus compañeros a sentarse y comenzar de nuevo a jugar cartas.Mientras tanto, Simón y Pilar llegaron a su habitación.Pilar colocó cuidadosamente las fichas sobre la mesa de centro y le sonrió: —Señor, realmente tiene la mejo
Dado que así era, solo quedaba esperar con paciencia.Tres días después, ganaría esos cien mil millones.Miró la hora, ya eran preciso las siete de la tarde.Entonces comenzó a meditar.Y fue esa noche cuando justamente Valentín de Valivaria desafió a Sergio, un mensaje del nivel sagrado, que se extendió por todo el mundo clandestino de Las Vegas.La gente, asombrada, buscaba toda información posible sobre quién era Valentín y cómo se atrevía a desafiar a alguien del super nivel sagrado.Hay que tener en cuenta que Sergio había dominado Las Vegas durante décadas, sin que nadie pudiera hacerle sombra, tan solo podían admirarlo.En Las Vegas hay tres personas en el nivel sagrado: Macario, Cristian e Iván, todos ellos se someten a Sergio.Sin embargo, debido a ciertas razones bien conocidas por todos en Las Vegas y en el interior, la información no se difundía fácilmente.Después de muchas indagaciones, la gente solo sabía que Valentín era un nivel sagrado.Esto también estaba muy claro e