—Yo soy tu abuelito.

—Buscas lo que no se te ha perdido— El hombre con mascarilla le lanzo una puñalada a Eleuterio sin previo aviso.

Eleuterio rio mientras su palma se levantaba como una cuchilla afilada.

Con un sonido sordo, la sangre salpicó, la mano del hombre con mascarilla junto con su cuchillo cayó al suelo.

El hombre con mascarilla gimió de dolor, apretando fuertemente el lugar donde solía estar su mano, mirando a Eleuterio con miedo.

Eleuterio sonrió levemente y dijo: —Ve y dile a Ismail que, si quiere tocar a María, envíe a alguien más competente. No eres suficiente.

El hombre con mascarilla sabía que no era rival para el hombre frente a él. Después de escuchar esas palabras, se fue sin mirar atrás, desapareciendo en la oscuridad.

Eleuterio rio entre dientes, salió de la esquina, llegó al mercado nocturno. Compró un helado y las disfrutó mientras seguía a tres chicas a lo lejos.

—Este trabajo también es interesante— Eleuterio incluso pensó si recibiría un salario.

Pero al pe