Capítulo 326
Noé dejó entrever un leve destello de enojo en sus ojos, pero lo ocultó hábilmente, dirigiéndose a Simón: —¿Cómo debo dirigirme a usted, señor?

—Simón— respondió Simón con indiferencia.

Noé asintió: —Simón, entonces es un placer conocerlo. ¿En qué trabaja usted actualmente?

—Desempleado.

—¿Aún no ha encontrado trabajo? — se rio una de las muchachas allí presentes.

Simón sonrió ligeramente: —Sí, no ha tenido suerte.

Algunas compañeras de clase se rieron, sin intenciones de burla, pero claramente mostrando poco interés en él.

Viendo esto, Sofía suspiró discretamente. Si supieran la verdadera identidad de Simón, no sabría cómo reaccionarían.

En los buenos tiempos, la amistad entre compañeros de clase era inocente y desinteresada. Pero desde que entraron en la sociedad, parecía que todos habían cambiado, especialmente algunos de una manera difícil de entender.

En ese momento, Valentino tomó una copa y exclamó: —Compañeros, brindemos.

Las tres compañeras levantaron sus copas, Sofía respond
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