Después de decir eso, Camila lo apoyó y salieron de la habitación.

—¿Eh, tengo subordinados? — Pero sus palabras no obtuvieron respuesta.

Simón observó las figuras que se alejaban lentamente durante mucho tiempo, sin decir una sola palabra.

Había investigado con su poder de espíritu y descubierto que Camila poseía una energía espiritual muy poderosa, incluso comparable a la suya. Definitivamente, era una hábil muy experta.

Sin embargo, en el cuerpo de Guillermo, no sentía ninguna fluctuación de energía espiritual, como una persona común.

Pero ¿cómo podía ser simplemente una persona común si estaba en esa posición tan alta? Además, él mismo admitía que tenía habilidades sobrenaturales.

En varias ocasiones, Simón no pudo resistir la tentación de invadir su conciencia y obtener información de su alma.

Sin embargo, finalmente se contuvo. Este viejo era tan peligroso. Si algo salía mal, él terminaría haciendo el ridículo o incluso sufriendo las consecuencias. No quería eso.

De repente, Simó