Aunque tanto la energía mental como la resistencia física se agotaban poco a poco y ambas tenían una importancia equivalente, la realidad era que la resolución del dragón nómada consumía demasiada energía mental, lo que podía sumergir a cada uno en una fatiga extrema en cuestión de segundos. Por eso, Simón no podía permitirse usar la resolución del dragón nómada a la ligera, sino que debía tener mucho cuidado al respecto.

Así que, en su mente, Simón había tomado una firme decisión: no utilizaría la resolución del dragón nómada a menos que estuviera en una situación desesperada. Con su nivel de poder actual, no podía permitirse usarla sin pensar.

Desde la tarde hasta la mañana siguiente, Simón continuó su meditación para recuperar su energía mental. Solo cuando había recuperado más de la mitad de su fuerza mental, finalmente abrió los ojos, aliviado. En ese preciso momento, se oyó un fuerte golpe en la puerta.

—¡Toc, toc, toc!

Simón saltó de la cama cauteloso y se acercó a la puerta. Al