Capitulo 1984
En ese momento, Simón tenía muy claro en su mente que no debía apresurarse, porque la prisa no serviría de nada. Se sentó tranquilo en el suelo de la habitación, cruzó las piernas y comenzó a regular su respiración. Al liberar su energía, el dragón Qi pronto se extendió por todo el cuarto.

Una vasija de dragón flotaba en el aire, y según la voluntad de Simón, a veces absorbía dragón Qi, y otras veces lo exhalaba con mucha suavidad.

El tiempo pasó rápidamente, y antes de que se diera cuenta, ya había anochecido. Simón seguía regulando su dragón Qi, cuando de repente, a través de su energía, vio al hombre de la túnica negra aparecer justo en el pasillo fuera de la habitación. Al instante, Simón absorbió más dragón Qi y lo vertió en la vasija del dragón.

Luego, Simón miró sorprendido hacia la pared. En ese momento, el hombre de la túnica negra atravesó la pared y apareció justo frente a Simón. Su bastón golpeó el suelo con un sonido metálico, y el hombre de la túnica bajó su capucho, reve
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