Capitulo 1935
—Tranquilo, hermano. Deja este asunto en mis manos —respondió en ese momento Miguel.

Después de la comida, Abel comentó:

—Últimamente, mientras no tenía nada que hacer, estuve practicando mis habilidades de conducción. Ahora puedo decir que he alcanzado la cima.

Simón sonrió ligeramente, le dio una palmada en el hombro y dijo:

—En lugar de dedicarte a entrenar seriamente, estás practicando conducción. Parece que no has perdido ese espíritu juvenil, Abel.

Abel respondió con una agradable sonrisa:

—Por supuesto. Aunque entrenar es fundamental para un practicante, un poco de entretenimiento nunca está de más.

Miguel añadió:

—Está bien. Hagamos una competencia para ver quién es más rápido.

—¡Perfecto! —exclamó ansioso Abel: — Vamos a tomar dos autos y correr un circuito.

Miguel miró sorprendido a Simón, levantó un dedo y dijo:

—Solo un auto.

Abel, confundido, preguntó:

—¿Cómo vamos a competir con un solo auto?

Miguel explicó:

—Tú conduces la primera mitad, yo
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