—¡¿A donde vamos?! —preguntó casi a gritos Michelle.

—¡Tenemos que irnos de aquí!—Volvió a repetir, sin contestar a la pregunta de su cuñada.

Mikhail, apurado las saco por la puerta de atrás de la casa, estaban rodeados de árboles y muy alejados de la ciudad.

-¡Alerta, todos! No se, si me siguieron o ya había un hombre aquí, pero me han informado sobre un peligro en la casa, traigan más refuerzo si es necesario.

~*~

En ese mismo instante Zoé se encontraba en su casa aparentemente bien protegida, pero como en todo, siempre hay alguien que traiciona ya sea por dinero o por temor de que le maten a un ser querido. Y esta vez no iba hacer la excepción.

El primer pensamiento de Zoe al sentir las alarmas encendidas fue: " Dios mío, ten misericordia de mi hijo". Estaba segura que Gonzalo había entrado a la casa y precisamente no la quería muerta a ella, pero, el bebé era otra historia. Él no lo querría.

Con prisa subió las escaleras en dirección al cuarto. «Tenía que protegerse » se repetía