No podía imaginar un lugar más incómodo para estar en ese momento. Todos estaban concentrados en sus temas de conversación y yo realmente solo estaba allá escuchando y asintiendo cada vez que estaba de acuerdo con algo. Podía notar que a la familia de Daniel no le agradé en lo absoluto, lo confirmaba cada vez que su madre me miraba con cara de que no encajaba en ese lugar. Además, esa manera tan perfecta que tienen de ignorar mi presencia los delata.

Me serví algo de comida solo por aparentar, pero la verdad es que por mi garganta no pasaba prácticamente ni la saliva. Daniel notó mi incomodidad y pude ver que él también se sentía algo incomodo, tampoco comió lo suficiente, aunque nos mantuvimos en la mesa hasta que todo terminaron. Todos estaban tan sumergidos en sus temas que no notaron que no habíamos comido o simplemente decidieron ignorarlo lo que agradezco dema