“¡Abuelo!”.

Tan pronto como Flora entró por la puerta, ella corrió hacia el Abuelo Brooks.

El viejo se puso de pie temblorosamente, la agarró y se puso a llorar.

“Oh, mi querida nieta. ¡Por fin has regresado!”.

Flora enterró la cabeza en su pecho y los dos lloraron lágrimas de alegría.

Después de llorar, el Abuelo Brooks levantó la cara y la miró como si estuviera mirando un tesoro.

“Déjame echar un vistazo. ¿Estás herida en alguna parte? ¿Estás bien?”.

Flora negó con la cabeza y dijo: “Estoy bien, Abuelo. Estos dos hermanos me salvaron”.

Mientras decía esto, ella volteó la cabeza hacia Gregory y Gideon.

El Abuelo Brooks sonrió felizmente y dijo: “Lo sé. Son amigos del Abuelo. Les pedí que te salvaran”.

Flora escuchó esto y les dio una mirada agradecida.

En ese momento, Grant Lennon, que había estado en silencio, gritó: “¡Brooks! ¡Mataste a mis abuelos y a mi padre! ¡Tú y yo somos enemigos! ¿Cuál es el punto de atarme así? ¡Desátame si puedes, vamos! ¡Peleemos! ¡Haz lo que l