Mientras ella hablaba, el ruido del exterior se acercó a ellos. Entonces, la puerta del salón se abrió abruptamente por alguien de afuera.

“Como dije, no quiero competir contra esta mujer. Si quieres que continúen las finales, cambia de participante. Con tal de que sea hombre, cualquiera servirá. ¡No puede ser ella!”. Él dijo con enojo, señalando con el dedo a Nell.

No solo Nell y Nancy vieron cómo se desarrollaba la escena. Además de ellos, también estuvieron presentes los otros participantes y el personal del organizador. Todos miraron a Gepira con expresiones de incredulidad.

Nell, por otro lado, se mantuvo tranquila.

Incluso sonrió tranquilamente, tomó un sorbo de té y luego lo miró. Ella preguntó: “Dijiste que no quieres competir contra mí, ¿por qué se debe eso?”.

Gepira respondió acaloradamente: “En nuestro país, las mujeres solteras no pueden sentarse en la misma mesa que los hombres, y mucho menos participar en una competencia. Las mujeres como tú seducen a los hombres y p