Capítulo 382 Ruégale por ayuda
Una vez fuera de la habitación, Lucy quería llamar al Hermano Wilson para preguntar dónde estaba el coche.

Él mencionó que lo llamaran si no podían conseguir que la llevaran a casa y que enviaría un coche de inmediato.

Para su consternación, ella sintió una repentina pesadez en la cabeza antes de que pudiera hacer la llamada.

Su línea de visión se volvió borrosa y perdió el equilibrio como si el mundo estuviera girando.

Lucy cerró los ojos y negó con la cabeza.

El Presidente Lawson, que iba delante, se detuvo en seco y le preguntó con preocupación: “Señorita Katz, ¿qué pasa? ¿Te sientes enferma?”.

“Eh… estoy bien. Puede que haya bebido mucho, pero estoy bien”.

“Creo que quizás hayas bebido demasiado. Tomaste mucho esta noche. ¿Qué tal esto? ¿Dónde vives? Déjame llevarte a casa”.

Entonces, el Presidente quiso tomarla del hombro.

Sin embargo, Lucy rápidamente dio un paso atrás para sacudirse. Forzó una sonrisa. “Está bien, Presidente Lawson. Puedo conseguir un taxi a casa”.

“No
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