“¿No escuchaste las órdenes del médico de no moverte? ¿No puedes llamar a Nancy si necesitas algo?”.

Nancy había estado vigilando junto a la puerta en caso de que Nell no pudiera dormir cómodamente con alguien cerca o si era necesaria cuando estuviera despierta.

Nell se sintió un poco avergonzada. “Me lastimé las manos, no los pies. No creo que necesite ayuda para beber agua”.

Gideon sonrió con frialdad.

“Entonces, ¿planeas usar tus manos discapacitadas para agarrar un vaso, eh?”.

Nell parecía incómoda.

Ella hizo una pausa antes de responder: “Lo siento, se me olvidó por un momento”.

El hombre se burló y la acostó en la cama antes de voltearse para servirle un vaso de agua tibia.

Nell tomó el vaso, lo sostuvo entre las palmas y tomó sorbos. Ella miró la expresión de su rostro y le preguntó: “No has respondido a mi pregunta. ¿Acabas de regresar de afuera?”.

“Sí”.

El hombre le respondió mientras la tomaba de los brazos para subirle las mangas largas del pijama.

Sus delicadas p