Nell la miró y sonrió.

"No es tu culpa. No te avisé cuando salí. Además, incluso si hubieras venido conmigo anoche, de todos modos se tomaría una foto mía visitando a Tim a la medianoche. Realmente no hay diferencia en el resultado. Hoy seguirían siendo los mismos titulares".

Nancy se puso más nerviosa.

"¿Qué debemos hacer? ¿Por qué no le decimos al señor Leith y dejamos que aclare el asunto?”.

Nell negó con la cabeza.

"No hay necesidad de eso. Lo manejaré yo misma".

No quería depender de Gideon en cada pequeña cosa. Hicieron un pacto en el que ella prosperaría con el tiempo hasta que algún día estuviera a su nivel.

Si no podía manejar un asunto trivial como este, ¿qué derecho tenía a estar junto a él?

Nell se enfrascó en sus pensamientos mientras se refrescaba en el baño.

Nancy estaba sudando la gota gorda por la mirada tranquila en el rostro de Nell.

“Seguramente, alguien es el cerebro detrás de esta elaborada trama. ¡Incluso si no involucramos al Sr. Leith en esto, no debe