Una sensación de impotencia se apoderó de Nell cuando fue tras Cathy.

Antes de irse, ella compartió una mirada con Gideon, indicándole que debía cuidar bien a los niños y no tomarse tan en serio lo que decía su madre.

Por supuesto, él entendió lo que significaba esa mirada. Después de todo, habían estado juntos por mucho que la conocía como la palma de su mano.

Sin restricciones, él asintió con la cabeza.

Nell luego siguió a Cathy al jardín del patio trasero.

Con un techo transparente, un invernadero estaba colocado sobre el jardín para proteger las plantas del calor excesivo.

Como el aire acondicionado estaba siempre encendido, las plantas crecían bien y la temperatura en el invernadero también era moderadamente cómoda.

Ellas pasaron por el jardín y cuando entraron en otra habitación, Cathy se volteó hacia su hija y le dijo: “¿Cómo conociste a Gideon? ¿Por qué no me dijiste que él está divorciado con una hija?”.

Nell no pudo evitar reír entre dientes cuando vio lo furiosa que