Después de que Anne y John se fueran, Luna permaneció en la sala de estar durante mucho tiempo.

Que le quitaran a Nigel y a Nellie ya era un acontecimiento que le cambiaba la vida, pero después de lo ocurrió esa tarde... Luna sentía que su cabeza estaba a punto de explotar.

Ella permaneció sentada en el sofá durante un rato, luego se levantó y se paseó por la sala. De vez en cuando, ella desaparecía en la cocina para tomar un vaso de agua y, cuando ella regresaba, ella se distraía mientras veía el vaso.

John le había sugerido que hablara con Fiona y la convenciera de que confesara la verdad sobre Aura, Theo y Neil.

Sin embargo, Luna sabía que sin importar lo mucho que ella lo intentara, Fiona nunca lo diría.

Fiona no quería nada más que verla muerta. Por lo tanto, cuanto más desesperada estuviera Luna, más feliz estaría Fiona.

Fiona la provocó deliberadamente esa tarde porque ella sabía que para Luna nada era más importante que sus hijos. Por lo tanto, ¿cómo podría Fiona apiada