Las manos de Joshua, que estaban colocando las sábanas alrededor de ella, se detuvieron en el aire. Él frunció el ceño, extendió suavemente una mano y le dio una palmadita en la cabeza. "Qué tontería. Tu salud está en tan malas condiciones, ¿y quieres embarazarte ahora? ¿Intentas empeorar tu condición?".

Fiona bajó la cabeza mientras un sentimiento de urgencia pasaba por sus ojos. Ella casi olvidaba que, a los ojos de Joshua, ella era una mujer gravemente enferma.

Ella se mordió el labio, bajó la cabeza y dijo con una voz débil: "Pero Joshua, realmente quiero darte un hijo. Un hijo propio. Así, alguien se acordará de mí después de mi muerte y rezará por mí en el aniversario de mi muerte".

Joshua entrecerró los ojos, pero sonrió mientras decía rotundamente: "Me acordaré de ti y rezaré por ti incluso sin un hijo". Tras decir esto, él se levantó. "Es tarde, deberías dormir un poco".

Fiona observó cómo él se levantaba y apretó los labios con fuerza. "Joshua, ¿crees que no soy lo su