Capítulo 811
Había miles y miles de rosas en su oficina.

Enormes ramos de rosas habían llenado cada centímetro de su oficina.

Cada una de las rosas era hermosa, e incluso brillaban con gotas de agua sobre ellas.

Parecía que las habían enviado esa mañana.

Sin embargo, Ciudad Banyan no era una ciudad que produjera rosas en abundancia.

Tantas rosas...

¿Parecía que se había comprado todo el suministro de rosas de toda la ciudad?

Luna miró sorprendida la escena de color rojo intenso que tenía ante sí. De repente, ella se quedó sin palabras.

Lo cierto es que cuando ella era joven, solía desear que la persona que amaba le diera unas rosas rojas frescas.

Sin embargo, en ese momento, ella ya no era la damisela crédula a la que se podía engatusar fácilmente.

¿Quién en el mundo le enviaría tantas rosas?

Luna frunció las cejas, luego salió y buscó a Shannon.

"¿Qué está pasando?".

Shannon frunció los labios. Ella abrió la boca y dijo con torpeza: "Yo tampoco lo sé. Cuando llegué aquí esta mañana,
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