"Pescado, verduras, pollo, cerdo...".

En el mercado de mariscos, Luna buscaba en su teléfono los alimentos que ayudaban a aumentar la circulación sanguínea, que Anne le había enviado, mientras empujaba su carrito de comida y escogía los ingredientes adecuados.

Ella tenía un invitado que iba a visitar esa noche y tampoco había cocinado una buena comida para Nellie y Nigel en muchos días.

Christian y Nigel, quienes iban a ser sometidos a una operación, rara vez podían comer juntos. Ella tenía que hacer algo delicioso para ellos.

Ella tenía que descartar los ingredientes que Christian no comió esa tarde y, al mismo tiempo, tener una variedad de sabores que se adaptaran al apetito de un hombre de 19 años y dos niños de seis años.

Justo cuando ella estaba mirando su teléfono con la cabeza agachada, su carro chocó con alguien de delante.

¡Buum!

Una mujer gimió de dolor frente a Luna. "¡Ay! ¡Mira por dónde vas!’’.

Luna salió de sus pensamientos y se disculpó de inmediato.

"Lo siento