Todo el cuerpo de Steven se estremeció cuando oyó sonar su teléfono. Rápidamente cogió el teléfono y lo silenció antes de comprobar el identificador de llamadas.

Era Denise.

Su rostro esbozó una sonrisa de felicidad al coger la llamada.

Sin embargo, no quería despertar a Gwen, así que bajó la voz hasta apenas sobrepasar un susurro: "Denise, ¿dónde estás?".

La voz de Denise sonaba como si hubiera estado llorando. "Estoy bien, Steven.".

A pesar de esto, Steven podía decir que algo andaba mal. "¿Dónde estás ahora? Iré a buscarte inmediatamente".

"No, estoy bien". Denise negó con la cabeza. "De verdad, Steven. Iré... iré a casa dentro de poco a recoger mis cosas para... poder mudarme. Sean me ayudó a encontrar un lugar donde quedarme".

Steven arrugó la frente al oír esto. "¿Dónde demonios te vas a quedar?".

"Denise, por favor, sé razonable. Vete a casa ahora mismo y nos vemos allí. Necesito hablar contigo".

Denise guardó silencio durante un largo rato antes de suspirar finalmente.