Sean se sorprendió por las acciones de Denise. Nunca pensó que ella lo besaría tan directamente.

Él quería apartarla, de verdad.

Sin embargo, Denise olía demasiado bien. Su cuerpo era tan suave y tierno.

Sean se dio cuenta de que no podía soportar rechazar la acción de Denise. Después de un debate interno que duró sólo un momento, siguió a su corazón, sostuvo la cintura delgada de Denise, y reaccionó a sus besos.

Se besaron durante mucho tiempo y estaban envueltos en esta pasión. Aunque solo se conocían desde hace menos de un día, se besaban como si se hubieran amado durante mucho tiempo.

Fieros. Apasionados.

Nadie sabía quién empezó a morder el labio del otro. No sabían quién fue el primero en sucumbir, y tampoco sabían quién empezó a sentir algo por el otro.

Durante toda la noche, ambos olvidaron el tiempo, olvidaron a Thomas, olvidaron todo lo que sucedió. Era como si fueran las dos únicas personas del mundo.

De la puerta a la alfombra, a la cama, al baño y de nuevo a la cam