"¿Lo recuerdas bien?".

Gwen negó con la cabeza. Llevaba mucho tiempo con el colgante y era imposible que recordara mal un detalle. Además, si alguien había recogido el colgante, lo más probable era que la placa de metal también estuviera con la persona que lo encontró.

Luna y Yannie habían buscado en el sofá innumerables veces. Si se había caído aquí, deberían haberlo encontrado mucho antes.

La recepcionista frunció el ceño. "Pero, señora Larson, tenemos prohibido revelar los datos de nuestros clientes...".

Antes de que pudiera terminar, Gwen sacó un montón de dinero y se lo puso en la mano a la recepcionista. "¿Puede decírmelo ahora?".

La recepcionista se sorprendió al ver el dinero en sus manos. Era casi el sueldo que podría recibir después de trabajar varios años.

Se mordió el labio y miró a Gwen. "Están... en la tercera habitación a la derecha cuando subes las escaleras".

La recepcionista se quedó mirando el dinero que tenía en la mano y murmuró: "Si vas, por favor, no les d