El dedo de Rosalyn se movió a su lado.

Riley, que finalmente dejó de llorar, miró el dedo de Rosalyn con curiosidad y extendió su mano para agarrarlo.

Tan pronto como ella extendió su mano, Heather la detuvo y le dijo con desdén: "Riley, no deberías tocar todo lo que ves. Eso da mala suerte".

Dicho eso, ella se levantó con la niña en brazos y miró a Rosalyn desde su altura, con una sonrisa de oreja a oreja. "Al principio, me arrepentí de no haberte matado al instante y, haberte dejado un último aliento, pero ahora, viendo lo lamentable que te ves, creo que tomé la decisión correcta’’.

"Si morías ese día, ¿cómo podrías sentir el dolor de verme jugar con tu esposo e hija justo en la palma de mis manos?".

Cuanto más decía, más encantada se ponía ella y, finalmente, ella le entregó la bebé a un sirviente que estaba cerca y salió de la habitación.

En el patio, Charles seguía mirando a Luna con el rostro rojo por la rabia.

"Luna, he sido claro. Tienes que asistir a la boda de tu her