"¿Cómo pudo ser esto…?".

Sentada en la cama, Luna arrancó todos los tubos que estaban conectados a su cuerpo y saltó de la cama descalza. "¿Cómo pudo morir mi bebé? ¿Cómo esto es posible?".

"¡Antes de desmayarme, claramente la escuché llorar! ¡La escuché llorar!", ella gritó mientras agarraba el cuello de la comadrona. "¡Me estás mintiendo! ¡Debes estar mintiendo! ¿Dónde está mi bebé?".

Una mirada trastornada atravesó los ojos de Luna. "¿Vendiste a mi hija por dinero? ¿La escondiste en algún lugar? ¡Dime!".

Luna estaba agarrando el cuello de la comadrona con tanta fuerza que el rostro de ella se estaba volviendo morado por la falta de oxígeno. "Tu hija...".

Ella levantó la mano débilmente y señaló al basurero más cercano. "Ella está ahí".

Tan pronto como ella miró en la dirección que había señalado la comadrona, Luna sintió que todo su cuerpo había sido alcanzado por un rayo.

Ella soltó a la comadrona y se dirigió hasta el basurero como si la hubieran hechizado.

¿Cómo pudo ser