Neil frunció el ceño.

Él miró con extrañeza a la doctora que tenía frente a él.

"¿Cómo llegó a esa conclusión?".

La Doctora Rowena se encogió de hombros. Ella señaló hacia los indicadores de la prueba que le había hecho hace un momento y se los mostró a Neil.

"Tu sangre es igual a la de Nigel, hay dos tipos especiales de proteínas en ella. Estos dos tipos especiales de proteínas se heredan de tus padres’’.

"Joshua, tu padre, ha sido mi paciente anteriormente. También he comprobado esto en él antes. Él no tiene esas dos proteínas, así que tú y Nigel las heredaron de su madre".

Neil puso los ojos en blanco. "Ya le he dicho que nuestras madres son hermanas biológicas. Tal vez su material genético es parecido. ¿Podría estar equivocada?".

La Doctora Rowena frunció las cejas. Sería muy raro que hermanas biológicas poseyeran las mismas proteínas y, al mismo tiempo, las transmitieran a la siguiente generación.

Si el niño frente a ella y Nigel no eran gemelos idénticos, sería imposible