Joshua estuvo en el quirófano durante toda la noche, mientras intentaban salvarle la vida. Al día siguiente, a las cuatro de la mañana, lo sacaron del quirófano. Él todavía estaba inconsciente.

Luna no había dormido en toda la noche. Aún cuando él ya no estaba en peligro y fue empujado a la sala, Luna permaneció a su lado junto a su cama. Ella no estaba dispuesta a dejarlo solo ni por un momento.

Lucas trató varias veces de convencerla para que se fuera a casa a descansar, pero ella se negó.

"Joshua". Luna tomó la mano de Joshua. Su voz era ronca y débil. "Solía pensar que nadie se preocuparía por mis hijos tanto como yo en este mundo. Nunca pensé que...".

El Joshua al que ella siempre había visto como alguien despiadado e inhumano...

En realidad, él hizo tantas cosas por sus hijos a sus espaldas. Luna no entendió y no estaba consciente de sus actos. Ella solo lo malinterpretó, lo culpó y pensó en él como un hombre malo y extremadamente despiadado.

Por eso, como castigo para sí m