Me cambio mi ropa normal por el mono de la moto y las botas y me hago una cola baja que meto por el mono para que el pelo no me estorbe.
Siempre estoy nerviosa aunque estoy muy acostumbrada a esto, me gusta subirme a la moto con nervios y bajar de ella con una sonrisa, no puedo decir que jamás me haya caído pero siempre me he repuesto y sino he podido tampoco me he frustrado, en la siguiente carrera siempre he podido hacerlo mejor y eso es una gran inspiración para mi, y bueno que papá, Andrea y Caleb me apoyen también ayuda mucho no voy a mentir y decir que no son un gran apoyo, me gusta hacerlos felices, me gusta ver que se enorgullezcan de mi, eso siempre me hincha el pecho y me ayuda a seguir adelante, sino fuera por ellos, hace tiempo que me hubiera rendido, no voy a hacerme la fuerte.
- Nikey Hofer.- miro a mi jefe de mecánicos.
Conocí a mi jefe de mecánicos hace dos meses, él junto con el team manager fueron los que contactaron con papá y le pidieron que firmáramos contrato por un año con ellos, papá lo consultó con nosotros aunque ya sabía de mis ganas por salir del continente.
- Raúl Fernández.- él es español pero tiene un buen manejo del inglés.
- Felices dieciocho.- me felicita como todos.- Como hoy es tu cumpleaños y el de tu hermano, pensamos en haceros un pequeño regalo.
- Gracias no era necesario.- digo tan seria como siempre pero en un tono de agradecimiento.
- No es nada Nikey.- me dice con una sonrisa.- Dame tu casco.
- ¿Mi casco?- digo confusa y él asiente así que se lo doy.
Raúl deja mi casco en mi silla, lasilla que utilizaré para ver otras competiciones de categorías más pequeñas, sus clasificaciones y carreras, aquí no es como en Europa que cada categoría entrena por separado sino que todos entrenan juntos y eso me parece muy bueno para los más jóvenes, nos da experiencia y una oportunidad de ver a nuestros rivales más experimentados.
- Toma.- me da un caja enorme.- Lleva cuidado.- dice con una pequeña risa.
Todavía sin ponerme los guantes abro el enorme paquete y saco un precioso casco de color azul metal con destellos en verde y que lleva el número dieciocho en dorado justo en el medio, además de mi apellido gravado en el lateral con el mismo color del número, es precioso y querría utilizarlo toda la temporada pero sé que solo es para este fin de semana y luego quedará en mi exposición personal de cascos, al igual que el que le hayan regalado a Andrea.
- Dios, es hermoso.- digo fascinada.- Muchas gracias.
- Eres seria pero agradecida, eres grandiosa pero humilde, eso es lo que marca la diferencia.- miro a Raúl quien me mira con una sonrisa.
- Nací en una cuna de oro, no vamos a mentirnos, pero desde pequeña mi padre me enseñó que todos somos humanos y por tanto todos merecemos respeto, me enseñó a ser educada y siempre agradecer hasta el más mínimo detalle, no se me ha subido la fama y ojalá este deporte no viniera con los incesantes buitres de la prensa.- ellos se sorprenden pero no dicen nada.- ¿Quién es mi jefe de prensa? Todavía no lo he conocido y debo hablar con él.
- Primero ve a entrenar y antes de la clasificación tendrás tiempo para hablar con él.- dice firme.- Ponte el casco y demuestra de lo que Nikey Hofer está hecha.- me alienta con una sonrisa.
Me pongo el casco con una sonrisa ladeada y luego me pongo los guantes de color negro con azul, mis colores característicos desde que soy pequeña, siempre he competido con los mismos tres colores, azul, verde y violeta, y hasta ahora no tengo intención de cambiarlos, tengo suerte de que mis equipos siempre me han dejado elegir los colores de mi moto y como siempre he sido la compañera de mi hermano, él siempre ha estado de acuerdo conmigo.
Ando despacio hasta mi moto, los mecánicos me esperan con una sonrisa hambrienta, sé que todos quieren saber de que pasta estoy hecha, que si los rumores que han circulado estos meses son o no son reales y si el apodo de "Swiss diamond" es o no real, espero demostrarles que soy todo y más de lo que dicen.
Me subo con decisión a la moto y la hago rugir un poco sintiendo esa bonita electricidad de emoción queme da siempre que me monto en una.
Avanzo con la moto y enseguida mi hermano se acerca y se pone en paralelo conmigo, puedo ver como las personas de otros equipos se nos quedan viendo y sonrío, no saben quienes son los "Swiss diamonds", por lo que todo esto es mucho más interesante de lo que era en Europa, allí todos nos conocían, todos sabían de lo que éramos capaces.
- Hermanita.
- Hermanito.
Puedo asegurar que ambos sonreímos y que a ambos nos recorre la misma sensación de casa, de seguridad y de emoción, por mucho que ese día duela, cuando me subo a una motola recuerdo con una sonrisa, y me siento aún más cerca de ella, yo gano por ella, para que haya donde esté, se encuentre orgullosa de mi.
- ¿Competimos?- puedo oír su tono malévolo detrás del casco.
- ¿Nos dejaran?- sé cual va a ser su respuesta pero necesito oírlo, necesito a mi hermano, no al niño bueno que aparenta ante todos sino al piloto travieso que conozco desde la barriga de nuestra gestante.
- ¿Cuándo nos ha importado eso Nikey?
- Nunca Andrea, nunca.- sonrío.
- ¿Entonces?
- A competir se ha dicho hermano.- bajo la visera de mi casco.- Bonito casco.
- Lo mismo te digo peque.- se baja su visera.- Una vuelta de calentamiento y competición, a fondo, no te quiero contenida.
- Jamás Andrea, jamás me verás contenida.
Ambos salimos de pit lane y como Andrea ha dicho damos una vuelta de calentamiento, es rápida pero ni la mitad de lo rápida que puede ser una vuelta a fondo con estas motos de casi trescientos kilos y eso me gusta, me encanta la adrenalina que otorga la velocidad y ese filo que no muchos tienen la capacidad de pasar, no todos, ni siquiera algunos pilotos lo hacen, porque temen morir pero nosotros nacimos predispuestos a correr aunque eso signifique morir mientras lo hacemos porque moriríamos con una sonrisa, esto es lo que amamos hacer.
Veo algunos pilotos en la pista que nos miran, ralentizan sus motos cuando pasamos por al lado suyo para observarnos, somo la novedad, ninguno de ellos saben bien de donde venimos ni mucho menos de lo que somos capaces de hacer.
Andrea está todo el rato por delante de mi, no me molesta, me gusta verlo tan cómo doy feliz, me alegra saber que al menos uno de nosotros avanza y no se queda en el pasado, eso me hace tener esperanza sobre que algún día yo misma seré capaz de avanzar.
Estamos a punto de llegar a la línea de salida así que me emparejo con mi hermano, en el momento en el que pasemos la línea de meta comenzará nuestro juego de entrenamiento favorito, papá y Caleb nos hacían hacerlo muy a menudo, siempre respetándonos y sin peleas aunque algunas hubieron, nunca afectaron a nuestra relación y eso es fascinante porque ambos somos sumamente competitivos pero sabemos perder y eso está bien, más que bien.
- Allá vamos.- sé que Andrea no me ha oído pero tampoco es necesario.
En el momento que cruzamos la línea de meta ambos vemos en rojo, nos encendemos y con ello encendemos nuestras motos a seguir nuestro ritmo acelerado.
Sonrío al ver que por primera vez Andrea ha sido más listo que yo y ha sabido ponerse primero en la primera curva pero eso le dura poco, porque siguiendo mi línea y ya habiendo estudiado el circuito, le adelanto en una delas chicane más complicadas y por ende, como ya es costumbre, él no se da cuenta de mi maniobra.
Tampoco es que consiga despegarme mucho de mi hermano por lo que al pasar nuevamente por la línea de meta, entramos rueda con rueda pero felices, volverá hacer esto después de tres meses me da vida, me encanta y por eso me río a grandes carcajadas y sé que desde donde nos esté viendo papá también se está riendo.
Aflojo la velocidad y Andrea se pone a mi lado, estiro mi mano y cierro el puño para queél choque conmigo y lo hace.
- Cabrona, he sentido miedo al ver tu puta moto meterse por ese hueco.- me río.
- Esa era la idea, no te lo esperabas.- me burlo de él.
- Claro que no, pero debería porque tu siempre te metes por los sitios más complicados.
- Es mi especialidad hermanito.
Damos algunas vueltas más y luego volvemos a nuestros box, están uno al lado del otro y me gusta porque así puedo desearle suerte, antes aunque pertenecíamos al mismo equipo, por alguna razón que no comprendo nos separan dos o tres box y eso me frustraba de muchas maneras.
Tener el box de mi hermano cerca me ayuda a sentir que estoy cerca de él, sé que parece absurdo pero lo hace.
Me bajo de la moto con una sonrisa enorme en la cara y me quito el casco para dejarlo en una de las mesas.
- ¿Qué ha sido eso?- me giro al escuchar la voz molesta de Raúl Fernández, pero no está para nada molesto, se ha divertido.
- ¿Entrenamiento?- pregunto aunque no espero una respuesta.
- Habéis puesto las motos al limite.- me reprocha.
- Tenemos que saber hasta donde podemos apretar, conocer la moto.- digo evidente.
Bajo la cremallera del mono y veo como varios se dan la vuelta, ¿creen que no llevo nada de bajo? Pero ¿Quién me creen? Llevo un top deportivo debajo del mono, con el calor que hace debo llevarlo para poder desabrocharme el mono cuando termine.
Zacarias y el resto de mis guardaespaldas me felicitan para luego decirme donde hemos quedado con mi familia y los otros dos, sé donde es porque es la cafetería a la que he ido esta mañana para pedir mi café y donde ese chico ha intentado coquetear conmigo.Aparco la moto y bostezo con fuerza, seriamente necesito dormir porque estoy agotada, muy agotada, aunque la sensación de la mini competición con mi hermano todavía no ha desaparecido y me gusta, me encanta sentir ese cosquilleo de emoción.Entro a la cafetería y de inmediato reconozco a mi familia, le doy un beso en la mejilla a cada uno, saludo a los intrusos porque ante la molestia y mis pocas ganas de relacionarme con nadie, primero está la educación que mi padre me dio, y en ella debía saludar a todo el mundo por poco que me gustara.- No puedo creer que ya tengan dieciocho años.- dice papá con falsas triste
- Muévete un poco más rápido nena.- me dice el chico que tengo debajo. No sé ni como se llama pero ya me ha dado dos buenos orgasmos, así que le hago caso y me dejo caer más rápido y más fuerte, él jadea, y jadeo y ambos gemimos, me encanta cabalgar, creo que es lo que más me gusta, me divierte y me excita mucho más que otras posiciones, es impresionante lo que me gusta estar encima de algo o en este caso de alguien. - Joder, si.- gimo fuerte contra su oreja. - Así nena, dame más.- es su respuesta. Me dejo caer contra su erecto pene, hasta que siento mis paredes contraerse y mi cuerpo sacudirse, él no tarda en seguirme y ambos terminamos casi al mismo tiempo. Saco su cosa de mi húmeda vagina y me dejo caer a un lado, jadeante, cuando era más pequeña, con quince, no entendía el afán de Andrea al sexo y a veces sigo sin entender su necesidad de meter su cosa en el interior de cualquier mujer bonita que se le cruce, pero no voy a mentir, me gusta
Termino de hacer mi maleta, no he metido mucha ropa porque en poco estaré de vuelta aquí para preparar otra maleta, después de esta carrera salimos del estado para ir a otro y correr fuera de Los Ángeles, siempre quise viajar por Estados Unidos pero nunca creí que fuera a hacerlo compitiendo y sin ella, era un sueño de ambas que me veo en la obligación de vivir sola y eso me duele.Salgo de mi habitación y entro en la de mi hermano que pelea con su maleta, siempre lleva más cosas de las que debe y por más que se lo diga, pasa de mi y al final hace lo que le sale de los huevos, así que a mi solo me queda ayudarlo a cerrar su estúpida maleta.- Súbete encima de la maleta.- me ordena y yo me cruzo de brazos antes de hablar.- No creo que eso sirva, tu pesas más, hazlo tu.- él me mira con fastidio pero lo hace.Me acerco y cierro la maleta, sabía qu
Estiro antes de subirme en la moto para comenzar con el entrenamiento del viernes, mi casco descansa en mi silla y el pervertido de Roberto Cavalli me mira como si tuviera una mínima oportunidad conmigo, me fastidia tener que compartir mi box y mi aire con él, si matar fuera legal, posiblemente yo ya lo hubiese matado.Veo por las pantallas a mi hermano correr en la pista, traza demasiado bien las curvas, creo que este fin de semana la carrera es para él, algo me dice que estoy en lo cierto y no me molesta que mi hermano gane, me gusta ganar ¿a quién no? Pero sé identificar cuando no soy la mejor de un circuito y esta es una de esas veces.Subo a mi moto ignorando la mirada delteam managersobre mi culo, debo hacer algo lo más pronto posible y no va a dejarme en paz, y no pienso aguantar una puta temporada entera con un degenerado de su clase, y ale dije que no estaba interesada y él no parece
Felicito a mi hermano por haber ganado la carrera, como suponía, yo he minimizado daños quedando segunda por lo que estamos en igualdad de puntos, por otro lado he conseguido lo que quería, que mi jefe quiera repetir, yo no quiero y no voy a caer por mucha tentación que suponga verlo cada vez que tenga una carrera, pero su pequeña obsesión por meter su cosa nuevamente en mi lindo coño, mantiene lejos a su asqueroso primo y hace hervir de celos a su estúpida mujer, todo conforme a mi plan, excepto en la parte de que él quiere más y me persigue para que se lo de, no lo va a conseguir, no quiero hacerlo, no quiero repetir con él, me gusta ser mujer de una vez, me da igual ser una zorra, puta, fulana o todos sus sinónimos, supongo que en algún momento conoceré a esa persona con la que quiera repetir y con la que quiera quedarme, y ni Dominik Cavalli, ni Sasha Petrov son esa persona, lo sien
Vale, la situación es cómica, lo mires por donde lo mires no hay explicación de como m****a hemos acabado en esta posición, si es que es imposible que alguno de nosotros cinco esté cómodo, y es más, yo no sé ellos pero a mi me duele fuertemente la pierna que está atrapada entre Peter y mi hermano y no siento el brazo que tiene agarrada a Danila para que no se coma el suelo, por otra parte me duele el abdomen y voy a tener la marca de los dientes de Derek, uno de los amigos de Peter, te preguntaras por qué m****a voy a tener esa marca, y bien, a Derek le dio por ser caníbal y nos mordió a mi y a Danila, ahora a él debe de dolerle la cabeza ya que Danila le dio fuertemente en la nuca, la tiene roja. Danila no debe estar cómoda para nada, su pierna derecha está debajo del cuerpo de Derek, su mano está siendo aplastada por la de su novio y yo evito que se trague el suelo con la cara. La situación de mi hermano y Peter es similar, ambos con las piernas una encima del otro la diferencia e
En mi sueño húmedo con Tom Holland, este hace una de las cosas más raras que me han hecho, me lame la mano con devoción dejando un rastro de saliva en ella, lejos de parecerme erótico o sexy me parece asqueroso o repugnante, tanto que empujo a mi fantasía de Tom Holland y me limpio la mano en un grifo de mi sueño pero siguen habiendo babas, ¿esto es una pesadilla? Estoy empezando a tener miedo, no me gustan las pesadillas,¿A quién le gustan?-me reprocha mi propia conciencia, hasta dormida la cabrona me recuerda lo estúpida que puedo llegar a ser.Abro los ojos lentamente para que el sol me de directamente a los ojos, es molesto, muy molesto si contamos con mi foto sensibilidad, me gustan mis ojos, odio su defecto.Giro la cara molesta para que deje de darme tan directamente la luz solar en los ojos y me remuevo un poco incómoda, siento la mano mojada y no de agua
Termino el entrenamiento y me ducho, desde el miércoles me he acostado dos veces más con mi jefe, y esas dos veces más yo he tenido el control, yo era la dueña de los movimientos porque sino iba a salir demasiado frustrada al no conseguir lo que quería y lo que necesitaba, muchas veces odio esto, no me gusta, quisiera que todo pasara y que los pocos recuerdos que tengo no me abrumaran pero lo hacen y no puedo hacer nada para borrarlos de mi mente, al menos no puedo hacer nada que no implique perder recuerdos que quiero conservar.Entro a la cafetería con mi hermano, Danila y Peter, según Peter y mi hermano aquí nos esperan Mateo o Matias, no recuerdo como se llama y suprima Diana o algo así, se me olvidaron sus nombres y estuvieron en mi casa hace menos de una semana, soy todo un caso perdido.Los chicos se saludan entre si cuando ya hemos llegado hasta donde están sentados, Danila y yo nos limitamos