Al otro extremo se escuchó una risa vieja y cansada. "Sebastian, ¿cómo es posible que no reconozcas mi voz?".

Sebastian finalmente se dio cuenta que era el Viejo Amo Shaw.

Él se enderezó en la cama. "Anciano, ¿qué estás diciendo?".

"Puedo contarte el secreto de Isla Estrella". El Vejo Amo Shaw dijo de nuevo.

Sebastian se quedó sin palabras.

Después de un momento, preguntó: "¿Lo sabías desde el principio?".

"¡Sí!". El anciano lo admitió sin rodeos.

“¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué esperaste a que atacara este lugar?”, preguntó Sebastian.

En el otro extremo, la voz del Viejo Amo Shaw sonaba aún más apagada: "Una de las razones por las que no te lo dije fue porque una vez le juré a tu madre y a tu familia materna que mantendría el secreto para siempre".

“La otra razón es que, si te hubiese dicho el secreto antes, hubieras acelerado tu ataque a Isla Estrella. Por eso siempre oculté el secreto. Pensé que se iría conmigo para siempre. Pensé en nunca decírtelo, pero ahora…”