Sebastian se enderezó enseguida. "¿Qué acción?". Al otro lado, su subordinado le informó inmediatamente: "El líder de Isla Estrella, Pancera, está dando un discurso público. Está hablando de resistir un ataque proveniente de Ciudad del Sur". Sebastian se rio con amargura. "¡Ja! ¿Por qué iba a atacarlos? Se sobreestima a sí mismo". "Amo Sebastian, ¿qué debemos hacer ahora?", preguntó su subordinado. Sebastian se mantuvo relajado. "Quiere resistir un ataque de Ciudad del Sur, ¿verdad? Contrata más soldados para él, que se dé cuenta de lo fuerte que es". "Entendido, Señor". Al otro lado, su subordinado dijo respetuosamente: "Siento haber interrumpido su descanso, Señor. Buenas noches". "Bueno". Al terminar su llamada, Sebastian vio que Sabrina ya estaba sentada. Lo miraba con preocupación. "¿Te quedaste hasta tarde en la oficina hoy… pero no para avanzar con lo restrasado, sino para preparar el ataque a Isla Estrella?". Sebastian asintió. "Sí". Sabrina se mordió el labio
Un rubor se extendió por sus mejillas. Cuando terminó de ponerse un nuevo conjunto de ropa, salió de la habitación hacía el comedor, pero ni siquiera allí, Sebastian estaba a la vista. Al verla, la Tía Lewis dijo: "Señora, el Señor se fue a la oficina hace más de una hora. Parece especialmente ocupado estos días". "Sí, está bien". Sabrina se dio la vuelta y se dirigió al balcón. El balcón estaba lleno de varias especies de plantas en sus respectivas macetas, todas verdes y llenas de vida. Aprovechando el tiempo libre antes de desayunar, Sabrina cuidaba de las plantas. Una vez más, recordó a su madre. Aunque no tenían un jardín muy ostentoso, su madre era buena para la jardinería y amaba las plantas. Antes Sabrina no lograba entender por qué su madre era tan diferente de las demás mujeres del pueblo, a pesar de ser una pueblerina pobre más... Su madre sabía tocar bien el piano y amaba la naturaleza. Incluso le gustaba lavar el cabello de Sabrina con agua impregnada con flores de
Ruth estaba llorando miserablemente al otro lado de la línea. "Sabrina, date prisa y rescátame, por favor". "No llores, Ruth. Dime la dirección y voy enseguida a buscarte", dijo Sabrina inmediatamente. "Es un albergue secreto en la zona de los barrios más pobres, tú viviste aquí hace seis años. Me habían dicho que solo era un albergue secreto cuando en realidad está lleno de gente dedicada al tráfico de personas. Me dijeron que me van a vender a un viejo… y que va a estar aquí en una hora". El corazón de Sabrina se estrujó en su pecho al escuchar la voz de sufrimiento de su amiga. "Iré enseguida. Si ese viejo llega antes que yo, tienes que luchar contra él con todo lo que tengas. Intenta ganar algo de tiempo, ¿entendido?". "De acuerdo". Sabrina colgó, tomó su bolso y salió rápidamente de la oficina, sin detenerse para informarle al Director de Diseño antes. Se subió a su coche y no fue hasta que estaba de camino cuando llamó al Director para explicarle su repentina ausenci
Y, al comparar a Selene con Sabrina, Selene era todo lo contrario. ¿Acaso Selene alguna vez demostró ser una persona íntegra? Mindy, la prima que había mimado su abuelo durante más de veinte años, no era diferente tampoco. Cuanto más miraba a Mindy, más repudio sentía. Sin embargo, al pensar en Mindy se acordó de Ruth, por lo que decidió llamar a Sabrina para preguntarle por ella. "Lo siento, Sabrina", dijo disculpándose. "Me precipité y quiero pedirte disculpas por eso. No voy a forzarte más, si no quieres hablar del tema, lo entiendo. Sin embargo, seguimos siendo buenos amigos, ¿no?". "Sí. Siempre te veré como un buen amigo. ¿Por eso me llamas?". El tono de Sabrina se suavizó un poco. "En realidad, no. Recibiste una llamada de Ruth justo antes de irte y han pasado unos días desde la última vez que vino a trabajar. ¿Le pasó algo?". Sabrina se puso aún más nerviosa cuando Marcus mencionó a Ruth, pero sabía que no podía decirle a nadie todavía. Decidió actuar como si no supiera
En aquella pequeña habitación con luces tenues, Ruth estaba completamente desnuda y temblaba como una hoja. A su lado, había un hombre viejo tirado en su propio charco de sangre. "¿Ruth?", gritó Sabrina, perpleja. Ruth se levantó y corrió hacia Sabrina, llorando. Sabrina sacó inmediatamente un pañuelo de su bolso para que Ruth se tapara lo más que pudiera. "Ruth, ¿estás bien? ¿Te hicieron daño?", preguntó preocupada. "Sabrina... no me hicieron daño. Hice lo que dijiste y luché con todas mis fuerzas. Pero cuando me resistí, me despojaron de todo y hasta tiraron mi ropa interior afuera. Este viejo entró y me golpeó en la cabeza, pero lo soporte. Esperé a que se desnudara y entonces tomé su cinturón y le golpeé la cabeza con la hebilla una y otra vez… Tengo tanto miedo... ¿iré a la cárcel?". Sabrina llevó a Ruth hacia sus brazos y la consoló. "Hiciste bien, Ruth. Lo hiciste muy bien. Esto no fue más que defensa propia. Vas a estar bien". Mientras hablaba, el sonido de unos zap
Sabrina entrecerró los ojos con desprecio. La mujer palideció de miedo y continuó explicando frenéticamente: "Es que... Bueno, los padres de su amiga realmente nos pidieron prestado un millón de dólares. Dijeron que necesitaban el dinero para su otra hija, que estaba enferma y necesitaba un tratamiento para sobrevivir. Dijeron que me enviaban a la otra hija y que no les importaba que la vendiera mientras estuviera viva. Solo hice esto porque no podían devolverme el dinero. No es que pueda dar un millón de dólares así como así, ¿me entiende? Es por eso que...". "Entiendo". Sabrina se negó a mirar a la mujer y apretó los brazos alrededor de Ruth. "Por favor, tenga piedad de nosotros", suplicó la mujer. "¡Ropa!". Sabrina volvió a gritar. "¡Haré que se apresuren!". En muy poco tiempo, la mujer regresó con dos enormes bolsas de ropa. "¡Baño!". La mujer se apresuró a llevar a Sabrina y a Ruth al baño. "Ruth, báñate y ponte algo de ropa. Te llevaré a casa". "Gracias, Sabrina
"Sabrina, yo... ¿Sabes lo que se siente ser engañada, traicionada y tirada a un lado por tu propia familia?", le preguntó entre lágrimas. Ruth negó con la cabeza y continuó: "No lo sabes. Tu padre ya no está, pero te amaba con todo su corazón mientras estuvo vivo. Tu madre desapareció, sin embargo, también te amaba. No sabes lo que se siente ser engañada y vendida por tus propios padres. No creo que pueda seguir viviendo así, Sabrina…". Sabrina le dio una palmadita a Ruth en la mano. "Tú eres tu propia persona, Ruth. Mantente fuerte. Yo... puedo entender lo que dices, sé cómo te sientes". "¿Lo entiendes?". "Sí. El que no quieran tener nada que ver contigo, el ser insultada y lastimada por tu propio padre, puedo entender lo que sientes", respondió con melancolía. Levantó la mirada para encontrarse con los ojos tristes de Ruth. "Dime, ¿qué te hicieron?". Ruth se estremeció al recordar lo que le habían hecho sus padres. "Ellos...". Su vista estaba nublada por las lágrimas, su vo
Pero ella también sabía que no era lo suficientemente digna de estar con él. Cuando Ruth bajó la cara para ocultar su sonrojo, tratando de encontrar las palabras correctas, Ryan levantó su barbilla con su brazo herido. Sus dedos le sujetaron la mandíbula y la obligaron a mirarlo a los ojos."Mírame", dijo. El rubor de Ruth se intensificó y sonrió. "¡No puedes actuar como si esto no hubiera pasado! Te salvé la vida hoy, así que vas a tener que pagármelo contigo. No puedes rechazarme ahora, vas a ser mi esposa. ¡Te guste o no!".Antes de que Ruth pudiera reaccionar, el hombre sujetó con su otro brazo su cintura y la atrajó hacia él. "Amo Ryan, no...".Su mente estaba confundida y no se dio cuenta en qué momento sucedieron las cosas. No se dio cuenta cuándo Ryan logró arrancarle la ropa o levantarla hasta la cama, pero para cuando reaccionó, estaba acurrucada en sus brazos."A…Amo Ryan". No se atrevía a levantar la mirada. ¿Acaso era su ropa apropiada para usar en ese momento?Ryan a