"¡Sabrina!". La voz orgullosa y elegante de Selene sonó al otro lado de la llamada.

Sabrina se quedó en silencio.

Cuando contestó no miró de cerca el número entrante, pero estaba segura de que no era el de Selene. Al escuchar su voz, Sabrina acercó el teléfono a sus ojos y echó un vistazo. El número le pareció muy extraño. Tenía de dos a tres dígitos menos que los números nacionales.

¿Qué estaba pasando?

"¿Dónde estás ahora?". Sabrina era una mujer inteligente y pareció darse cuenta de lo que estaba pasando.

"Ya lo has adivinado. ¡Estoy en el extranjero!", exclamó Selene con orgullo.

Sabrina se quedó sin palabras.

Ella no se esperaba esto.

Estuvo sumida en sus pensamientos durante lo que pareció un largo momento. Finalmente, tartamudeó pero no fue capaz de pronunciar una oración coherente. "...".

Por otro lado, Selene pensó que Sabrina debía estar sorprendida, y dijo con tono aún más pretencioso: "Sabrina, ayer me dijiste que tu prima Coral está muerta. Sé que es verdad. Dijis