Mientras vivían en el Condado de Ciarrai, Aino había peleado con innumerables niños de su edad a pesar de ser más pequeña que la mayoría de ellos.

Ella había sembrado el miedo en los corazones de muchos niños y niñas, y tenía mucha experiencia peleando. Aino levantó el brazo mientras hablaba y en ese momento mostró la adorable catapulta que había diseñado. Levantó la catapulta en el aire y colocó un objeto parecido a una bala sobre ella, luego apretó los dientes y disparó con rabia.

"¡Aino!", gritó Sabrina. No podía ver hacia quién apuntaba Aino. ¿Y si accidentalmente lastimaba a alguien? Al segundo siguiente, vio como una ráfaga de agua impactaba en la cara de Selene.

El agua se combinó con el desastre que ya tenía en su rostro y lo hizo más horrible que nunca. Ella pensó que había sido golpeada por algo letal y gritó: "¡No me golpees! ¡No me mates!".

"¡Hum!". Aino resopló con orgullo. "¡Qué gatita asustada!".

La catapulta fue un regalo que le había hecho su Tío Kingston. En luga