“¿Es eso así?”. Yvonne se burló.

Miró a todos los presentes y luego sorprendió a todos diciendo: “¡Pero no lo creo!”.

Todo el mundo se quedó sin palabras.

Incluso sus suegros, quienes siempre habían sido muy cariñosos con ella, estaban atónitos.

Su suegra dijo con un poco de enojo: “¡Yvonne, te equivocas al comportarte así!”.

“¡Señorita Shaw!”, interrumpió Yvonne a su suegra. “¡No hay nada equivocado! Puedo decir que, por un lado, todos ustedes no están contentos conmigo por enviar a Eva a la estación de policía una vez más. Por otro lado, no están contentos de que el asunto de mis padres haya traído vergüenza a la familia Shaw. Déjenme decirles a todos ahora. ¡No me haré responsable de ambos asuntos! ¡Sí, simplemente no me haré responsable de ellos!”.

Al hablar de eso, Yvonne se rio aliviada. Ella se rio como si estuviera expulsando el aire viciado de su boca.

Cuando terminó de reír, continuó: “Primero empecemos con Eva. Que Eva viniera a buscarme hoy fue algo que no esperé.