"¡Estoy de acuerdo! ¡Sin costo ni condiciones!", respondió ella con firmeza. "¡Qué pena! ¡Ya es demasiado tarde!". La crueldad en las palabras del Viejo Amo Shaw hicieron que Sabrina se sintiera acorralada. Su tono se volvió cada vez más frío y despiadado mientras seguía hablando: "¿Por qué iba a conformarme con uno de tus riñones, cuando puedo tener los dos?". Ella tragó saliva. "¿No hay lugar para la negociación?". "¡Lo siento, pero no estás en condiciones de negociar conmigo!". Sabrina se mordió el labio mientras las lágrimas se deslizaban por su cara a pesar de todo el esfuerzo que hacía por contenerlas. Se mordía con tanta fuerza que estuvo a punto de sangrar. Una vez más, se vio empujada al borde de un colapso mental ante las formas despiadadas del Viejo Amo Shaw y gritó: "¡Ven pues! ¡Mátame! ¡Lincoln Lynn, yo, Sabrina Scott, te perseguiré toda la vida, incluso después de mi muerte! Tú fuiste quien me engendró, yo no pedí nacer en este mundo, ¿por qué tenías que tratarnos
Aquel grito había dejado atónitos a todos los presentes, alterándolos por lo profundo y áspero que era el sonido que salía de entre la multitud. Sonaba como si viniera de una bestia lista para luchar con su vida. Seguida por la voz, una persona se abrió paso entre ellos. La figura apenas parecía humana. La figura que salió a toda prisa no tenía ningún parecido con los humanos ni con los fantasmas. Las prendas que llevaba estaban gastadas y manchadas hasta el punto de que apenas se podía distinguir cuál había sido su color original. Estaba llena de parches, dejando poco o ningún espacio intacto en la tela. Sostenía un largo y grueso palo de madera y se encontraba ante Sabrina ahora. Debido a la proximidad, Sabrina pudo ver todo sobre la persona. Su cabello estaba enredado en pequeños nudos de tierra y suciedad, cubriendo la mitad de su rostro y mostrando solo sus dos ojos vidriosos, aquellos que miraban fijamente al Viejo Amo Shaw. "¡Shaw, intenta tocarle un pelo a mi hija y haré tr
"En ese momento, no sabía de quién era el niño que llevaba en mi vientre. Por fin había salido de prisión, pero no tenía dinero ni un lugar a donde ir. Fui de vuelta a la Familia Lynn en busca de justicia. Me enfrenté a Lincoln Lynn para saber por qué me había mentido y se negó a salvar tu vida. Me dijo que lo había intentado pero que no habías sobrevivido, y me dijo que te había enterrado en nuestro pueblo natal. Yo quería regresar pero no tenía dinero. Tenía una hija en camino y no podía regresar". "Lo siento, Mamá, lo siento. No sabía que habías estado viva durante todo este tiempo. Creía que habías muerto, pensaba que te había enterrado con mi padre. Estaba desesperada por ganar algo de dinero, lo suficiente como para viajar de vuelta a nuestro pueblo natal, pero entonces fui perseguida por los Lynn. Me escondí por varios lugares durante seis años, pero no importaba a dónde huyera, Lincoln y Jade siempre lograban encontrarme. No tuve más remedio que ocultar mi identidad y mudarme
Marcus se acercó a la mujer vagabunda mientras la llamaba tía. La mujer se congeló y miró con sus ojos vidriosos a Marcus. Las lágrimas de sus ojos se deslizaron por sus mejillas, llevándose la suciedad a su paso. Miró a Marcus con lágrimas semejantes a la sangre cayendo de sus ojos. Con voz profunda, preguntó: "Jovencito, ¿cómo... me acabas de llamar?". Marcus se acercó y tomó las manos de la mujer con emoción. "Tía, usted es mi tía, ¿verdad? No es la hija de mi abuelastra, sino mi verdadera abuela. Es mi tía de sangre". Su discurso sonaba algo caótico a causa de su estado agitado. "Pero tía, usted fue criada por mi abuelastra. Las dos se vieron obligadas a mudarse de la residencia Shaw y vivieron en una pequeña casa. En el año en que cumplío los dieciocho años, mi abuelastra le dijo a mi abuelo que en realidad usted era hija de mi abuela. Mi abuelastra era una persona con un talento increíble. Todavía conservo sus dibujos hasta el día de hoy...". Marcus miró con atención la expre
"¿Siquiera te alimentas como un ser humano? ¡No! ¡Debes estar viviendo de sangre humana! Viejo b*stardo, no solo quieres los riñones de mi hija, sino que incluso intentas inculparla de todos esos crímenes. Crees que ella no tiene a alguien que la proteja o alguien que la defienda, ¿no es así? ¡Pues te equivocas! ¡Aquí estoy yo! ¡Voy a defender a mi hija! ¡Tú! ¡Viejo b*stardo que solo se atreve a intimidar a los débiles! ¿Piensas que eres el único hombre todopoderoso que puede quitarle la vida a quien le plazca? Intentaste hacerle daño a mi hija una y otra vez insultándola y humillándola, porque pensabas que no tenía a nadie que la defendiera, ¿verdad? Déjame decirte algo, viejo b*stardo, ¡yo defenderé a mi hija! ¡Si cualquiera de ustedes intenta lastimarla, mataré hasta el último miembro de su familia! Ya soy una vagabunda que duerme en las alcantarillas todos los días, así que, ¿a qué más tengo que temerle?". Sus palabras sacudieron a todas las personas que se encontraban en la esce
"¡Oh...!". Conmocionado, Lincoln tropezó y cayó al suelo. Se quedó mirando a la mujer vagabunda que tenía delante, aterrorizado. "¿No estás... no estás muerta? ¿Cómo es que...?". Ella le respondió burlándose: "Lincoln, me subestimaste. He sido independiente desde que cumplí dieciocho años. Ya sabía lo que era rogar por dinero, dormir bajo los puentes y luchar por la comida contra ratas, gatos y perros salvajes. Cuando dormía solo debajo del puente, ¡incluso luché contra los vándalos que querían abusar de mí! ¿Cómo podía permitirme que tan solo tú acabaras conmigo? Además, todavía tengo una hija aquí sufriendo, ¡claro que no podía dejarme morir!". "Tú...". A este punto, Lincoln estaba sumergido completamente en un estado de pavor y culpa, hasta el punto de que parecía no poder formular otra oración más que no fuera “tú”. El hecho de que se encontrara con su primera esposa justo en la puerta de la casa de Sabrina fue suficiente para causarle un total mal funcionamiento mental y físic
"¡Lincoln Lynn! ¡Eres un monstruo que merece morir! ¡Mi hija ya estaba embarazada de Sebastian Ford para cuando llegó ese momento, pero le ordenaste a tu hija ilegítima que se hiciera pasar por mi hija para comprometerse con él! ¿Acaso tienes corazón, Lincoln? ¡Podrías morir un millón de veces y ni siquiera eso sería suficiente! ¡No solo te negaste a decirle a mi hija que el padre de su bebe seguía vivo y a su lado, sino que hiciste todo lo posible para matarla una y otra vez! ¡Un padre como tú debería ser despedazado por un animal salvaje al morir!". Lincoln se sentía extremadamente ansioso y frustrado por estar siendo maldecido de tal manera. Quería huir desesperadamente, pero cada vez se reunían más personas a su alrededor, lo que le dejaba sin ninguna posibilidad de escapar. Solo podía quedarse y soportar el ataque de la mujer vagabunda. Sabrina quería consolar a su madre al ver cómo le gritaba a Lincoln con voz entrecortada. Habían pasado nueve años desde la última vez que hab
La mujer vagabunda se quedó congelada al escuchar que alguien la llamaba "Madre". Se giró hacia la dirección de donde provenía la voz y Sabrina la siguió, solo para encontrarse con la visión de su hombre, Sebastian, de pie al otro lado de la multitud. Sebastian estaba de pie con una expresión seria, vestido con un traje y estaba haciendo una ligera reverencia en ese momento. "Sebastian...". Sabrina lo llamó. Detrás de Sebastian había unos cuantos hombres que Sabrina no podía reconocer. Había una mezcla entre personas mayores y jóvenes, algunos parecían personas de alto estatus, mientras que otros parecían personas normales que trabajaban en oficinas. Nadie tenía idea de qué planeaba Sebastian con todos esos desconocidos. Caminó por la multitud hasta llegar a Sabrina y a la mujer vagabunda, antes de hacer una reverencia formal. "Madre...". La mujer vagabunda empezó a llorar incontroladamente cuando respondió con voz ronca: "¿Tú... estás dispuesto a reconocerme?". "Es la madre