Tocan a la puerta y veo que no hay nadie cerca por lo que me levanto del sillón y abro la puerta.

Se trata de un mensajero, este me entrega un sobre para la señora Corina.

Subo hasta el laboratorio y allí encuentro a Corina entre probetas y matraces.

Ella no parece percatarse de mí presencia, por lo que al golpearse y encontrarme a su espalda pega un grito y lanza lo que tiene entre las manos, por un golpe del destino logro cogerlo antes de que se haga añicos.

--- Elizabeth debes avisar cuando entras aquí, es peligroso recuerdas?---

--- Lo siento pensé que me había escuchado entrar, tome un mensajero trajo esto para usted---

Ella se despoja de los guantes y se quita las gafas protectoras, rompe la lacra del sobre y saca un par de hojas del interior.

--- Debo marcharme...---

--- Espérame en el saloncito bajo en un momento ---

Sin levantar la vista de sus papeles, es capaz de leer, dar órdenes y quitarse el mandil y el gorro.

Obedezco y la espero abajo, me siento en el sillón, en el bla