Jasmine sonrió y dijo: —Temía molestarte, tía.

—No hay problema, estaríamos encantados de tenerte —aseguró Esmeralda.

Parecía saber en qué habitación iban a cenar, ya que llevó a Jasmine arriba y entró en una sala privada que Josh había reservado de antemano.

Una vez que se sentaron, Esmeralda se quitó una pulsera de jade de buena calidad que llevaba puesta y tomó la mano de Jasmine, quitándole la pulsera de jade que Josh le había dado.

Luego intentó ponerle su propia pulsera mientras decía: —Jasmine, como es nuestra primera vez viéndonos, no tuve tiempo de preparar un regalo adecuado. Te daré esta pulsera de jade. ¿La que llevas te la regaló Josh? No es tan buena como la mía.

Nacida en una familia rica y con una tía casada con un magnate, Jasmine había visto todo tipo de joyas y tenía cierta habilidad para evaluar su calidad.

La pulsera de jade que Josh le había dado a Jasmine ya era bastante costosa, probablemente valdría cientos de miles de dólares.

Sin embargo, la pulsera de jade d