Jasmine se rio:

—Esta es Serenity que conozco.

Estacionó la bicicleta y trabajó con Serenity para sacar los estantes y arreglarlos.

—¿Te molestó Zachary después?

Preguntó Jasmine con preocupación.

Serenity barrió el polvo de la estantería con un plumero, y después de escuchar lo que dijo su amiga, respondió:

—Con su personalidad, ¿realmente puede dejarme tranquila por unos días?

—No creo que pueda.

Agregó Jasmine:

—Mientras no haga algo como al principio, como noquearte y ponerte bajo arresto domiciliario, solo intentas perdonarlo. Zachary está demasiado nervioso y teme perderte.

Serenity guardó silencio.

Al ver que no estaba de humor para hablar de asuntos matrimoniales, Jasmine dejó de tocar el tema.

—Finalmente se abre la tienda. Serenity, Serenity.

Una voz que Serenity no quería escuchar resonó, y allí estaba el Abuelo Hunt entrando a la librería con un grupo de hijos y nietos, con una sonrisa en su rostro.

—Serenity.

El rostro anciano del Abuelo Hunt sonreía abiertamente, mirando