Serenity se levantó y tomó el té de jengibre con piloncillo, bebiéndolo lentamente.

No sabía si fue el cuidado de Zachary o si el té funcionó, después de beberlo y descansar un rato, se sintió mucho mejor.

Cuando Zachary regresó con la medicina, ella ya estaba hojeando las noticias en su celular.

—Aún estás jugando en el celular.

Dijo Zachary acercándose, luego tomó su celular y le entregó el medicamento:

—Es demasiado tarde, las farmacias están cerradas. Iré al hospital cercano y conseguiré el medicamento recetado por el médico. Tómalo y duerme.

Serenity lo miró en silencio.

—¿Qué pasa?

De repente, se levantó y se colocó frente a él, luego rodeó su cintura con los brazos y dijo emocionada:

—¡Zachary, eres tan amable!

Zachary la abrazó, notó que el té se había terminado y supuso que ella estaba mejorando. Le dijo con cariño:

—Eres mi esposa, debería tratarte bien.

Serenity puedo sentir su amabilidad. Zachary solo esperaba que cuando ella descubriera en el futuro que le mintió, no lo a